sábado, 5 de enero de 2013

Desmitificando a Bolivar - Historia Prohibida V


Posiblemente Simón Bolívar sea uno de los mayores errores históricos de Héroe y Mito que actualmente se puede encontrar. Para hablar sobre este personaje, parto desde una posición de desventaja y ésta es que soy español. Quizás esto me vaya a acarrear no pocas críticas y acusaciones de efectuar este relato desde la parcialidad o el despecho, pero... créalo o no, a estas alturas es algo que poco me importa y además no tiene ningún sentido. La historia discurrió como lo hizo y hoy nadie lo va a poder cambiar. Soy consciente de que me estoy metiendo en un jardín del que quizás salga mal parado, por ello lo hago desde la trinchera y sin ánimo de faltar al respeto a nada ni a nadie. Simplemente trataré de poner en su conocimiento unos hechos reales y comprobados históricamente, otra cosa será  que a ud. le gusten o no. Para poder llevar a cabo este artículo sustituiré en algunas ocasiones (en muchas ocasiones) mis argumentaciones por las que realizan algunos eminentes historiadores, todos ellos latinoamericanos.


La herencia hispánica en latinoamérica puede verse desde muchos puntos de vista y utilizarse el prisma que a cada uno más le convenga pero, para empezar, quisiera darle a conocer una frase:


Nosotros somos muy pobres, no valemos nada, pero no era así
cuando teníamos un rey.
(Afirmación realizada por unos indígenas de Cucao (Chiloé - Actual Chile) a Charles Darwin en 1835 y anotada en su cuaderno)


Me parece muy bien que los territorios de ultramar adquirieran cierta autonomía para gobernarse mejor, de hecho Cuba llegó a alcanzar oficialmente esa autonomía convirtiéndose en la primera comunidad autónoma de España y otras muchas partes fueron consideradas como “provincias” en igualdad con el resto de las provincias peninsulares. Hasta puedo entender que con el paso del tiempo se emanciparan  de la Madre Patria, tal y como hoy hacen nuestros hijos al alcanzar su mayoría de edad. Lo que quizás no llego a entender es la necesidad de llegar a una guerra, ¡ojo! no de “liberación” sino una “guerra civil”. Ud. amigo mío, debería saber que aquellos combates se dieron entre criollos, españoles al fin y al cabo, en los que España como potencia colonial apenas participó ya que casi no disponía de tropas que poder desplazar a ultramar, entre otras cosas porque España ya tenía bastante con recomponer su orden político y reconstruir un ejército y una armada bastante maltrecha tras combatir contra Napoleón. Por tanto no olvidemos que aquellas guerras fueron entre criollos y realistas, y por tanto no entre americanos y españoles.
En todo esto hay un hecho incuestionable, verá... cuando los ejércitos napoleónicos invadieron España, todas sus provincias de ultramar permanecieron fieles al Rey de España. En Chile, por ejemplo, la Real Audiencia continuó impartiendo justicia en nombre del Rey y se reconoció a la junta de regencia refugiada en Cádiz, ciudad que nunca pudo ser tomada por los franceses. En  México, seguían queriendo la autoridad del Rey incluso una vez independizados. “En Perú el ejército Realista, asistido por la brillante juventud nativa del lugar, era más peruano que el ejército Libertador” (según argumenta el historiador ecuatoriano Alfonso Rumazo en su “Biografía de Bolivar”), y sigue diciendo... “fue la acomodada casta criolla la que ambicionaba mayor poder y es en ellos donde prende la llama de la insurrección”. Con ello quiero demostrar que un proceso autonómico hubiera sido posible e incluso deseable pero nunca una guerra que únicamente trajo dolor, odio entre hermanos y sangre de inocentes.

Masonería: Los Instigadores.

Cuando la masonería puso sus ojos en las posibilidades de aquellas tierras, fue cuando cundieron ideas masónicas separatistas en la clase criolla que provocaron las guerras mencionadas y la destrucción de la distribución política de los virreinatos ¿Quiénes eran pues los “independentistas”?  pues efectivamente... la minoría criolla, gente adinerada, no los indígenas

A las Logias masónicas británicas no les interesaba una hispanoamérica grande y unida ¿Se imagina el potencial que hubiera podido llegar a tener?. Sin embargo, un gran culpable de esta desmembración fue el masón, sí masón, Simón Bolivar. Lo curioso es que sería el propio Bolívar quien puso a las sociedades secretas fuera de la ley, sin duda porque, encaramado al poder, fue más que nunca consciente de lo deletéreo de su naturaleza y de sus siniestros manejos. Hay quien dice que los masones fueron los que acabaron en él en Santa marta en 1830.

Bolívar su crueldad y desprecio a negros y mulatos

Como tantos criollos Bolívar sentía el mayor desprecio por negros o mulatos y por tanto el origen de la sublevación americana debe buscarse, dicen los historiadores más asépticos, en el hecho de que la Corona Española empezara a dar y vender cargos a los “morenos”. De hecho, cuando Fernando VII inicia la represión en América, enfrentó a negros contra criollos y las columnas de Boves se componían esencialmente de negros y mulatos, lo que en el Caribe llaman despectivamente la negrada.


Si ud. amigo lector hispanoamericano tiene la suerte de poseer un tono de piel morena debería conocer lo que este personaje pensaba de sus antepasados que seguro que no es lo que le han contado. Si cualquier persona se molesta en pasearse desde la primera posesión española en norteamérica y baja andando hasta el último rincón del cono sur habrá visto millones y millones de personas con este aspecto ¿verdad?, ahora le pregunto: si ud. pasea andando desde el este al oeste de EEUU o Canadá ¿cuántos indígenes o sus descendientes verá?, posiblemente casi ninguno, salvo que vaya a una “reserva india”. Ahí está la diferencia entre España e Inglaterra o Francia en cuanto a la forma de enfrentar y consolidar un imperio. Algo que el sentido común hace incuestionable pero la leyenda negra se ha ocupado de ocultar.


Habría también que decir que ese mismo Bolívar que mandaba decapitar a los españoles prisioneros, el mismo Bolívar que decretó la "Guerra a Muerte", es decir, el exterminio sistemático de todos aquellos españoles que no tomaran las armas contra España, el Bolívar que traicionó a Miranda, dejaba a los revolucionarios franceses de 1793 como hijas de la caridad. Como prueba de ello el decreto de Guerra a Muerte, modelo de cinismo sangriento, incluye estas líneas:

“A pesar de nuestros justos resentimientos contra los inicuos españoles, nuestro magnánimo corazón se digna, aún, abrirles por la ultima vez una vía a la conciliación y a la amistad; todavía se les invita a vivir pacíficamente entre nosotros, si detestando sus crímenes, y convirtiéndose de buena fe, cooperan con nosotros a la destrucción del gobierno intruso de España, y al restablecimiento de la República de Venezuela. Todo español que no conspire contra la tiranía en favor de la justa causa, por los medios más activos y eficaces, será tenido por enemigo, y castigado como traidor a la patria y, por consecuencia, será irremisiblemente pasado por las armas
Las provincias y vierreinatos de américa habían alcanzado un nivel de progreso y de paz como hasta ese momento ninguna parte del mundo había gozado. El nivel de vida, en términos generales, de los ciudadanos de estos territorios era muy superior incluso a los de la mayoría de los países europeos. La cultura, el ordenamiento jurídico, el comercio, las mejores condiciones de vida, el trabajo, la salud, las infraestructuras, las riquezas, etc... eran un patrimonio único en el mundo y que atesoraba la sociedad hispanoamericana en aquellos años. Sin embargo, todo esto tuvo un precio. La clase criolla vio la posibilidad de caer sobre todo ello y hacerse con su control. Éste y no otro fue el germen de las mal llamadas guerras de liberación, guerras civiles al fin y al cabo.

El historiador colombiano Pablo E. Victoria, declara ante los argumentos de que España negaba unas libertades fundamentales “...no es cierto de que la presencia española fuera una presencia opresiva, en 1789 en Sta. Fé de Bogotá no había ni un sólo español nacido en España que ocupara cargo en el cabildo, e incluso había varios virreyes y muchos altos cargos de la administración que eran de origen criollo. Hasta el Comandante General de la Armada y muchos Generales eran nacidos en América”, ¿se puede decir entonces que era España la que estaba sometiendo la provincias americanas bajo su “yugo”?, evidentemente no. Este historiador sigue diciendo respecto de Bolivar: “... era un hombre sanguinario y que dio enormes muestras de crueldad” (...) “en la toma Sta. Fé de Bogotá permitió a sus tropas el saqueo despiadado y las violaciones de mujeres durante 48 horas”. Esto último es un hecho plenamente constatado y al mismo tiempo muy silenciado por quienes defienden a capa y espada la figura de Bolivar. 

Que Bolívar obligó a los negros a combatir en su bando so amenaza de servidumbre para ellos y su familia no lo digo yo, está en sus obras; y lo ha recogido el Doctor colombiano Luis Corsi Otálora en su obra “¡Viva el Rei! Los negros en la independencia” y se pregunta… “¿porqué los negros defendían la Corona?, ¿cómo se batieron por su causa? y ¿cual fue su suerte tras la independencia?”. Lo mismo ocurrió con la mayoría de los pueblos indígenas, prácticamente todos ellos formaron parte de los ejércitos realistas, ¿no se ha preguntado ud. nunca el motivo?.


Cacique Araucano con uniforme de Coronel Realista
En un reciente libro del historiador peruano Herbert Morote, desmitifica al ídolo de Chávez con bastante crudeza, aunque con datos difícilmente contestables. Cierto es que el Perú no puede estar muy agradecido a uno de sus “Libertadores”, que cercenó gran parte de su territorio para cedérselo a otras naciones recién creadas por él y en cuyo honor su delfín, Antonio José de Sucre, acabó amputándole el inmenso territorio del Alto Perú para crear la artificial república del Altiplano andino.

El también historiador peruano Enrique Chirinos Soto es más audaz en su apreciación cuando escribe con cierto cinismo respecto de la lucha del Perú por su independencia: “Historiadores de los países vecinos suelen reprocharnos a los peruanos que no nos batiésemos en las guerras de la independencia al modo de los patriotas de Caracas o Buenos Aires. La verdad es todo lo contrario. La verdad es que el Perú se batió más que ninguno, porque se batió al mismo tiempo a favor y en contra de la independencia.”


Batalla de Maipú - ¿De verdad había que llegar a esto?
Organización geo-política de América tras la independencia:

Bolívar organizó la Sudamérica independiente con absoluto desprecio de la tradición histórica y de las circunstancias geográficas y sociales, y que aquí hay que buscar la raíz de la mayor parte de conflictos fronterizos que han enfrentado a las distintas repúblicas del subcontinente y de los contenciosos que aún persisten.

Los españoles tuvieron el buen criterio de fundar sus virreinatos, audiencias y capitanías generales respetando en lo posible las circunscripciones precolombinas, algo que por otra parte no hizo jamás ninguna otra potencia colonial en el mundo. El Virreinato del Perú, el más importante del Imperio Hispánico, se asentaba más o menos sobre el antiguo ámbito territorial del Tawantinsuyu o Imperio Incáico. Bolívar se encontró con que los peruanos, en realidad, no estaban muy convencidos de independizarse de España a pesar de la proclamación hecha por el argentino José de San Martín en 1821 desde el balcón municipal de Lima. Así que se decidió a intervenir, pensando, no sin razón, que la independencia del resto de Sudamérica no estaría segura hasta que no se consolidase la peruana, lo cual obtuvo con las victorias de Junín y Ayacucho de 1824 y la rendición de los Castillos del Callao, obtenida, tras inauditos esfuerzos, del valeroso general español Rodil (cuya gesta es comparable a la del Alcázar de Toledo), que hizo flamear el pabellón español en Sudamérica y acuñó moneda con la efigie del Rey de España hasta nada menos que 1826. La política bolivariana desmembró parte del Perú, entre otros motivos, para evitar que pudiera alzarse este país en su antigua preponderancia y tuviera veleidades nostálgicas de España.

Pero ¿cómo actuó el Libertador con respecto a aquellos pueblos que supuestamente liberaba?, ¿cuáles eran sus verdaderas opiniones?, pues verá, quizás jamás se lo hayan explicado pero, ahora va a conocer alguna cosa al respecto. La siguiente información la podrá buscar ud. mismo si así lo desea, únicamente me limito a transcribirla.

No puede soslayarse tampoco el hecho de que Bolívar fue racista, cosa que hace extrañamente paradójica la idolatría que le profesa el que se ha erigido en actual paladín del neoindigenismo, el mismo que osa espetarnos a los españoles los crímenes que cometieron -y habría que matizar mucho- sus propios antepasados (pues Chávez y Frías no son precisamente apellidos chibchas, caribes o arahuacos que sepamos). En efecto, Bolívar, el “Libertador” volvió a gravar a los indios con un antiguo impuesto que ya había sido abolido y que pesaba sobre ellos por el solo hecho de serlo. Son conocidas también sus expresiones insultantes hacia y sobre ellos. Todo lo cual no es ajeno a la triste actitud discriminatoria de la que han sido víctimas los indígenas (que no fueron beneficiarios de la tan cacareada independencia) por sus propios connacionales y que subsiste aun entre las mismas capas mestizas de la sociedad, entre las cuales también es frecuente el “choleo” (es decir, el menosprecio hacia alguien por tener trazas de indio, por ser “cholo”). También restableció Bolívar la esclavitud de los negros, que habían sido declarados libres por San Martín. ¡Valiente ejemplo para el adalid de los oprimidos y desheredados!. Sé que esto debe escocer mucho a aquellos que hasta la lectura de estas líneas veían en Bolívar su héroe y libertador. Pues bien, como tal, este personaje debe ser respetado y venerado, pero únicamente en aquello que verdaderamente deba serlo. Esto no es óbice para que se relaten sus miserias, sus errores, sus desprecios y se pongan los renglones de la historia rectos y completos. 

En una carta de Karl Marx a Engels en 1858, Marx analizó la figura de este personaje y se refirió a Simón Bolívar como "...el canalla más cobarde, brutal y miserable…” posteriormente y a lo largo de esta carta argumentaba esta afirmación y muchas otras, incluso de traidor, en muchos hechos, entre ellos estos:

En cuando a la acusación de “cobardía” relata que en septiembre de 1811 el general Miranda, por entonces comandante en jefe de las fuerzas insurrectas de mar y tierra, persuadió a Bolívar para que aceptara el rango de teniente coronel en el estado mayor y el mando de Puerto Cabello, la principal plaza fuerte de Venezuela. Pues bien, cuando los prisioneros de guerra españoles (realistas), que Miranda enviaba regularmente a Puerto Cabello para mantenerlos encerrados en la ciudadela, lograron atacar por sorpresa la guardia y la dominaron, apoderándose de la ciudadela, Bolívar, aunque los españoles estaban desarmados, mientras que él disponía de una fuerte guarnición y de un gran arsenal, se embarcó precipitadamente por la noche, es decir, que huyó cobardemente con ocho de sus oficiales, sin poner siquiera al tanto de lo ocurría ni a sus propias tropas, arribó al amanecer a Guaira y se retiró a su hacienda de San Mateo. Cuando la guarnición se enteró de la huida de su comandante, abandonó en buen orden la plaza, que ocuparon inmediato los españoles al mando de Monteverde. Este acontecimiento inclinó la balanza a favor de España y forzó a Miranda a suscribir, el 26 de julio de 1812, por encargo del congreso, el tratado de La Victoria, que sometió nuevamente a Venezuela al dominio español.

En lo referente a la acusación de “traidor” lo basa en el siguiente hecho: El 30 de julio llegó Miranda a La Guaira, con la intención embarcarse en una nave inglesa. Mientras visitaba al coronel Manuel María Casas, comandante de la plaza, se encontró con un grupo numeroso, en el que se contaban don Miguel Peña y Simón Bolívar, que lo convencieron de que se quedara, por lo menos una noche, en la residencia de Casas. A las dos de la madrugada, encontrándose Miranda profundamente dormido, Casas, Peña y Bolívar se introdujeron en su habitación con cuatro soldados armados, se apoderaron precavidamente de su espada y su pistola, lo despertaron y con rudeza le ordenaron que se levantara y vistiera, tras lo cual lo engrillaron y entregaron a Monteverde. El jefe español lo remitió a Cádiz, donde Miranda, encadenado, murió después de varios años de cautiverio. Ese acto, para cuya justificación se recurrió al pretexto de que Miranda había traicionado a su país la capitulación de La Victoria, valió a Bolívar el especial favor de Monteverde, a tal punto que cuando el primero le solicitó su pasaporte, el jefe español declaró: «Debe satisfacerse el pedido del coronel Bolívar, como recompensa al servicio prestado al rey de España con la entrega de Miranda» ¿le sorprende, verdad?, ¿cómo es posible que Bolívar apresara y entregara a los españoles al Gral. Miranda, su amigo?, pues sí, así fue y le guste o no este fue el corrupto comportamiento del “Libertador”.




Con todo, podemos seguir debatiendo y discutiendo ampliamente sobre muchos temas en esta realidad que tantos episodios presentó, mas ¿sabe usted cuál es el mayor triunfo que han obtenido los enemigos de las Españas?, pues que cada vez que tratamos estos temas que nos conciernen a todos nostros, parecemos extraños y enemigos. Éste es el mayor triunfo que hayan podido obtener los enemigos de la Hispanidad, a los que tristemente conocemos desde hace muchos tiempo. Creo que trazaron bien el rumbo: Los que invadieron Gibraltar fueron los que invadieron Honduras, Tejas o las Malvinas; los mismos que provocaron la separación del Panamá de Colombia, los mismos que instigaron la Guerra del Chaco entre bolivianos y paraguayos, los mismos que se lucraron con la Guerra del Pacífico y que convirtieron a Puerto Rico, Cuba y las Filipinas en sus colonias; los mismos a los que les sigue interesando vivamente la sangrante división de la Hispanidad. Ese gran frente anglo-yanqui, esas potencias que jamás soportaron nuestro imperio, el de ud. amigo hispanoamericano y el mío.

Un saludo.

La Doctrina Imperfecta.